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lunes, 7 de julio de 2014

Ejemplos de innovación : entre lo público y lo privado (2min)




Por

Juan B Lorenzo De Membiela

Sin atractivos turísticos destacados, implementar una estrategia económica para explotar este recurso se hace difícil. No hubo una previsión planificadora; los tiempos se centraban en la inversión inmobiliaria, a unos porque la promoción de viviendas resultaba un negocio rentable, a otros porque entre compra en plano y venta al finalizar la obra obtenía plusvalías muy respetables y otros porque esperaban un momento de máximo beneficio que nunca llegó. 

Se quiso desconocer que los negocios como las inversiones tienen un componente aleatorio e incierto, un lado oscuro, el opuesto al beneficio, que   nadie previó y nadie quiso ver. 

Las administraciones intervenían en esta gestión mediante sus actividades de ordenación, planificación y tributación. Dados los ingresos por estos conceptos las tesorerías públicas obtenían excedentes sustanciosos, una sostenibilidad momentánea basada en las transacciones de unos presentes sin futuro. Los gestores políticos, en su constante afán de maximizar perspectivas políticas, invertían sobre este panorama, planificando servicios para satisfacer un hedonismo social difícil de saciar. No advirtieron, salvo algunas excepciones, de que existe la ética de la responsabilidad respecto a las consecuencias de los actos presentes en el futuro.

Desde hace unos años esa fórmula simple, promoción-venta-tributación, está rota y surge el imperativo de mantener unos servicios diseñados para unos presupuestos hoy y ayer insuficientes. La contención del gasto mediante una mayor racionalización, sea compensación, sea reorientación estratégica, hacia otras áreas, son soluciones, pero es necesario para esta última encontrar otros espacios empresariales nuevos, diferentes a los operativos.

Si duda hay un nuevo paradigma público por el cambio de paradigma en lo financiero. No se trata de administrar tan solo sino también de crear oportunidades que compensen pérdidas y además produzcan beneficios. Se supera el imperativo ideológico de que los servicios púbicos deben siempre producir pérdidas.

Lo más triste de ello es que este equilibrio ingreso-gasto haya sido exigido por países extranjeros compradores de deuda pública y privada.

Por un lado, existen estrategias de administración, formulas mixtas de gestión público-privada, externalización de servicios o privatización, son las más conocidas y usadas en el extranjero. Aunque países como Francia y como el nuestro, con una función pública profesionalizada desde hace centenares de años el remedio puede ser extraño si los nuevos gestores no ponderan la cultura pública de servicio.

Se trata de maximizar eficiencia, también de contener gasto. Puede ser lo mismo o puede ser que no, sobre todo cuando la calidad en los servicios no parece que sea el elemento principal de la gestión, cuando debería exigirse mínimos suficientes acordes a la carga impositiva que soportamos.

Frente a estos problemas, la innovación se debe ubicar no solamente en el campo privado sino también en el público.

Cabe comprobar iniciativas de ayuntamientos que han tomado el pulso a la innovación verificando discontinuidades creativas. 

Por ejemplo, en Gandía, su ayuntamiento hundirá un barco a cuatro kilómetros de la costa para que opere como arrecife y convertirse en un reclamo turístico en 2014 (Diario “Las Provincias “, de 18 de mayo de 2013).

En Finisterre, por ejemplo, se ha organizado el primer museo submarino del mundo para visitar los 25 navíos de la armada comandados por Martín de Padilla para la invasión de Irlanda. Fueron hundidos por el temporal en octubre de 1596 entre las rías de Corcubion  en torno a las Islas Lobeira,  cerca de Finisterre.


Además, desde el 19 de marzo de 2007, el Cabo Fisterra  ( o Finisterre) es uno de los 30 bienes culturales distinguidos con el sello “Patrimonio Europeo”, creado ese año por la Unión Europea  con motivo del 50º aniversario del Tratado de Roma. El sello incluye patrimonio contemporáneo e inmaterial y busca promover aquellos "monumentos, sitios o lugares de memoria que han sido testigos de la historia europea".

La mención Patrimonio Europeo fue propuesta en abril de 2006 por los ministros de cultura de España, Francia y Hungría en el encuentro “Europa por el diálogo intercultural”, e incorporada a la Agenda europea un mes después.

Seguro estoy que un país como el nuestro con tanta historia deben existir varios   municipios que hayan contribuido a la forja de nuestra Unión Europea. Albacete y su provincia tienen antecedentes que han sido cruciales para Europa, y no me refiero solamente a Almansa y su decisiva batalla en la Guerra de Sucesión de España.


El Ayuntamiento de Barcelona fue galardonado en 2011 por aplicaciones para móviles, todas ellas gratuitas, y que consisten en  un “buzón para el ciudadano”, que permite enviar fotografías con geolocalización con GPS a través del móvil  o tableta sobre  alguna incidencia de la ciudad.

El llamado “Barcelona en el móvil“ permite acceder a  Noticias, Tiempo y Pago con tarjeta de crédito. Como servicios SMS, son destacables la Solicitud de un volante de residencia, Consulta del colegio electoral (en época de elecciones), Consulta de los puntos Wi-Fi dentro de un distrito postal, Disponibilidad de una estación Bicing, Consulta del depósito dónde se puede recoger el coche en caso de que se lo haya llevado la grúa y Anulación de una cita con el Instituto Municipal de Hacienda .Es destacable también una aplicación  para el trafico con información puntual sobre su estado.

Albacete puede tener más.  Tiene restos arqueológicos, iberos y romanos, y atractivos naturales que podrían ser atendidos de modo más provechoso introduciendo el turismo pedagógico en nuestra provincia.

Pueblos como Lietor, Chinchilla, Alcaraz, Riopar , Libisosa en Lezuza, entre otros, guardan testimonios de pasados culturales muy atractivos.


Albacete puede tener más. Amplias llanuras en donde la aviación militar supo aprovechar  su estratégica geografía  sin comprender cómo no existe una mayor explotación privada , sea lúdica, sea formativa, a nivel autonómico y nacional ,  que aproveche  este espacio amplio sin límites visuales .

martes, 24 de junio de 2014

Pirineos , Cataluña y Napoleón ( 2min.)

Pirineos , Cataluña y Napoleón ( 2min.)

por

Juan B. Lorenzo de Membiela


En tiempos anteriores a 1300 los valles limítrofes  en  los Pirineos convinieron acuerdos para el aprovechamiento de los pastos, resolviendo los conflictos que surgían y alcanzando cierto grado de concordia para subsistir con lo que daba el valle. Eran las  llamadas« Facerias» en Aragón, «Patzeries» en Cataluña o «Lies et Passeries »  en Francia, que constituían verdaderos tratados internacionales.

Los Pirineos, como dijo Giménez Soler y  Jean Sermet[1] , no habían separado los pueblos de ambas vertientes, sino que  desautorizando   el aforismo de que « los ríos unen y las montañas separan», las relaciones de vecindad habían producido beneficios para todos y afinidades para muchos superando las fronteras de los hombres. 

Es más, lo accidentado del terreno, lo inaccesible, lo desafiante  de una naturaleza caprichosa, originó que «durante más de dos siglos  los Pirineos se constituyeran como cantones suizos interpuestos entre España y Francia y aprovechando exclusivamente a los valles contratantes»[2].

Podría decirse que el tiempo se detuvo ante montañas tan escalpadas conservando modos de vida y cultura ancestrales  sin  los matices  de una   modernidad extraña para quienes el tiempo era medido por orografías inmutables.

Modernidades  construidas  sobre  uniformidades cartesianas  que rompían costumbres y pactos firmados con palabras que eran leyes. Y en efecto, algo de eso puede que ocurra, cuando la frontera entre España y Francia se ha mantenido inalterada desde, al menos, el Tratado de los Pirineos de 1649, a diferencia de otras,  en cualquier otra parte del mundo.

Instituciones jurídicas con tanta raigambre como el régimen de heredero único, la trashumancia, los pactos de uso compartido de los pastizales entre vecinos, se mantuvieron,  ignorando incluso los fueros  de sus reyes. Primaba lo local, primaba el valle, permanecían los  acuerdos de antiguos señores y antiguos  justicias… centurias a.

En el Pirineo francés todo ello podía ser y por capilaridad al pirineo español. Por razón de  que el centralismo franco operaba más de forma que de fondo. Destaca Nassim Taleb (2013) , que en la Francia de 1863  solamente hablaba francés  una de cada cinco  personas[3]. No se pudo centralizar totalmente el país a pesar de los deseos de Luis XIV, de Napoleón y del programa de educación nacional de Julés Ferry. Francia era Paris y el desierto y poco más.

El poderoso sistema local o comunal  administraba sus  territorios con la única presencia del prefecto  (subdelegado o gobernador  en España) como titular del departamento (equivalente a nuestra provincia).

La uniformidad centralizadora se consigue tras  un largo proceso que comienza con el general De Gaulle y concluye con el presidente D´Estaing en los década de los 70 del siglo XX. Son ellos quienes  concluyen el sueño napoleónico de la integración francesa.

Esta disparidad, esta refracción imperfecta, que contrasta con la uniformidad de lo centralizado se constata  en que  el Nobel de literatura del año 1904 fue otorgado al francés  Fréderic Mistral quien escribía en occitano o lengua de «Oc ». Dialecto  romance milenario propio  del sur francés. Antecedente del catalán y al uso, con variaciones en cada valle,  en gran parte del Pirineo, incluida la Baja Navarra o navarra francesa[4].

Un ejemplo claro de esta política la vemos en la Guerra de la Independencia en Cataluña. Cuando Napoleón la  anexiona a Francia  mediante decreto de 8 de febrero de 1810 [5]y  hasta 1814, toda la estructura burocrática gubernativa en  la ciudad fue entregada a funcionarios franceses. Y deja los municipiosa manos de los propios vecinos. No tuvo aceptación esa medida en la sociedad catalana, principalmente entre la burguesía industrial y comercial que sospechaban un perjuicio cierto para sus interés económicos.

Es en el marco de aquellas  relaciones de vecindad, y en el  pirineo catalán de los siglos XVIII y XIX, cuando  se recrudecen las disputas por los pastos entre ganaderos de España y Francia. Es allí en donde surge una identidad nacional española opuesta a la  francesa y a propósito de la invasión napoleónica. Era el único recurso viable  para  resolver unos  problemas sin  arreglos fáciles. Surge el término  «gavatxo » o «gabacho », palabra ofensiva para el francés; y por éste, el empleo del término «español », declamado con agravio o desprecio (Shubert, 1990:299)[6].

A salvo incidentes aislados pero inevitables  en proporción  a toda la extensión pirenaica, se mantienen costumbres del s.  XIV, como por ejemplo,  «El tributo de las tres  vacas » que se celebra entre los vecinos de los valles de Baretous (del Bearn francés) y los del valle del Roncal (Navarra), que data de al menos 1375[7]. Es considerado el tratado más  antiguo de Europa.

Hay otros muchos ejemplos que hoy pueden contemplarse en programas de carácter cultural en muchos municipios españoles y comunas francesas.






[1] Sermet, J. (1985): «Los problemas de la frontera hispano francesa en los Pirineos», Universidad del País Vasco- Argitarapen Euskal Herriko Unibertsitatea Zerbitzua.

[2] Guilera, J.M.(1963): « Los pactos de facerías en los Pirineos y algunos conflictos con la mesta aragonesa», Instituto Fernando el Católico, Zaragoza.

[3] Taleb, N.N. (2013): «Antifrágil », Barcelona: Paidós.
[4]http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k6371855w/f471.image.r=membiela.langES

[5] Segregada de la corona española junto a Navarra, Vizcaya  y Aragón.

[6] Shubert, A., (1990): « Historia social de España(1800-1990), Madrid.

[7] Garibay, Esteban de, (1628): «Compendio Historial de las crónicas y universal historia de todos los reinos de España, donde se escriben las vidas de los reyes de Navarra », t.III, Barcelona : Sebastian Comellas.


http://grifonepirineos.com/3404m.php

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jueves, 19 de junio de 2014

Proclamación como Rey Felipe VI

Proclamación como Rey de Felipe VI



La Corona como respuesta ante  una sociedad escéptica

La Corona como referente moral

-como institución legitimada por la historia

-como respuesta a una unidad en la diversidad territorial

- como alternativa al postmodernismo y a la relativización moral y personal 

-como garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos dentro del marco constitucional en su función moderadora y de arbitraje entre las instituciones del Estado .


«[…]Una monarquía renovada para un tiempo nuevo […]»